22/6/09

LA LLAMADA DEL HOMBRE PRIMITIVO

En esta gran civilización que anida en este planeta de avances tecnológicos, donde la especie dominante y su voracidad llega a tal extremo que es capaz de matar a los de su especie por el mero hecho de conseguir poder, en esta gran civilización que tiene la capacidad de poder hablar con gente a muchos cientos de Kms., a través de teléfonos móviles o fijos aunque para ello hayamos tenido que poner una cantidad de satélites en la orbita terrestre que inunda todo nuestro espacio exterior.

Parece ser que al menos la comunicación la tenemos asegurada, o no…, no conocemos en muchos casos al vecino de al lado, ni siquiera a los miembros de nuestra familia, hablo de conocerse no de verse y muchísimo menos a nosotros mismos.

A través de diferentes canales como por ejemplo Internet, se utilizan seudónimos y parecidos que más tienen que ver con las ilusiones imaginativas de esa persona que con su verdadera personalidad, además hay estos momentos un boom de diferentes empresas donde te encuentran ya no sólo pareja, si no además a los grandes amigos, eso sí, a través de toda esta gran tecnología que ha desarrollado la especie, pero además nos seguimos dando de bruces ante las magníficas construcciones que han permanecido casi impasibles a lo largo de los siglos, que aparte de su majestuosidad, tienen referentes matemáticos y tecnológicos precisos, en algunos casos hoy en día en esta gran civilización no se llegaría a tal precisión.

Además esta especie se rodea de toda la tecnología posible para que tengan la capacidad de darle una vida muy cómoda sin hacer nada por él mismo. Es difícil encontrar gente que tenga la capacidad de al menos tener una educación espiritual, pero claro le tacharían de raro, ahora parece ser que la educación espiritual tiene más que ver con una determinada religión que con la virtud de conocer su verdadero Ser, aunque si hay una parte donde va unida la religión al Ser.

Por otro lado tenemos también las grandes falsas virtudes designada por la sociedad como el miedo, la envidia, la codicia, la avaricia, etc.., que dejan de lado los verdaderos valores morales y éticos que debería tener la especie. Pero ya no sólo devoran a los de su especie, también a otras especies y los entornos donde viven estas especies, no importa, para esta especie cancerigena no tiene nada ninguna importancia, sólo la gran vida cómoda llena de gran tecnología que hace que cada vez más no salgamos de nuestros círculos familiares, donde en muchos casos la desidia y el aburrimiento termina por declararse en forma de una intolerancia entre ellos manifiesta, con las consecuencias que acarreen.

La tecnología no está reñida ni con el Ser ni con la especie, pero si lo está la educación hacia una mala manipulación de esa tecnología, adicción a video-consolas por ejemplo, donde por su abuso indiscriminado hacen cambiar a la gente hasta tal punto que dejan una conversación con una persona de su entorno familiar por seguir mal utilizando la tecnología que tiene a su alcance, a esta especie se la denomina Homo Sapiens…,


Gracias a Dios, y digo Dios porque en mis creencias está su existencia, hay una serie de gente que no vamos a ese ritmo marcado por una falsa sociedad, son gentes sencillas en sus formas y sus quehaceres diarios, donde lógicamente se utilizan aparatos tecnológicos diariamente, negarlo sería un gran atrevimiento por mi parte, pero se utilizan aquellos que son indispensables en cualquier hogar.

Este tipo de gente busca la felicidad en ellos mismos y lo comparten con aquello y aquellos que les rodea, tienen en cuenta valores verdaderamente humanos, basados en la verdad del corazón, donde el interés no es una forma de vida y si el respeto a todo su entorno, sus filosofías son sencillas, fáciles de vivir, sin demasiados tapujos, son más o menos libres en sus actos, pensamientos y sentimientos, son más comunicativos y participativos de cualquier acción hacia el Ser Humano, evidentemente también pertenecen a esa especie Homo Sapiens pero más primitiva. Así que desde aquí hago un llamamiento a que la gente sea un poco más primitiva y menos tecnológica.



Miguel A. Garrido