17/10/10

Cuaderno del hombre imperfecto 1ª parte

Al fin y al cabo qué soy… si no una manifestación energética imperfecta que desarrolla  pensamientos y formas de acción que posiblemente tenga que ver más con la imaginación que con el Espíritu, o tal vez no, y quizás aquello que me muestra mi Espíritu sea más correcto de lo que yo creo.

En mi andadura por esta nueva oportunidad de vida, que Dios ha tenido la dicha de concederme (al menos esa es mi creencia), he tenido innumerables experiencias, dice la gente que demasiadas experiencias para la edad que tengo, y es cierto, las he tenido, o al menos he sabido valorar las experiencias de otros para ver mis propias experiencias y comprender una resolución de un determinado conflicto de mi imperfección.

Creo realmente que las experiencias que he tenido y comparado con otras, no han sido comparadas o valoradas según el caso concreto, sino según la esencia del conflicto concreta, tal vez sea lo más complicado de averiguar, ya que esto conlleva una observación constante de mi persona, en cuanto a mis acciones, pensamientos y sentimientos,  y con ello del devenir de mi vida. Despacio y con paciencia y no con pocos errores por mi parte en las valoraciones, he ido aprendiendo a ver otro modo de vida diferente al que la sociedad me vendía, donde se me dice donde, cuando y que debo hacer en cada momento, que comer y que vestir, lógicamente también he tenido que aprender a mantener un equilibrio entre esta sociedad y la manifestación de mi Espíritu (mundo interno o esotérico).

Todo esto ha hecho desarrollar en mi (al menos eso creo), una parte alejada de mi plano físico que me permite ver o al menos entrever los diferentes conflictos que he ido teniendo a lo largo de mi vida, imperfecciones que tienen que ver sobre todo y ante todo con mis decisiones desafortunadas, por supuesto he culpado a otros de ello, un nuevo y lamentable error, claro está, por que al final quien lleva a una acción la decisión tomada soy yo.

Siguiendo con mi imperfección, diré que todo ello está llevado de la mano de la ignorancia, o debería decir del olvido de la sabiduría. Esta sabiduría al parecer según los grandes entendidos, es innata en el ser humano, a mí particularmente me cuesta recuperar esa memoria, aunque si debo decir que cada vez que encajo una pieza del puzzle de mi vida la felicidad es inmensa, desbordante podría decir. La sutilidad de la vida al hablar es sencillamente Magistral, son pequeños detalles que te hacen ir hilvanando hechos de la vida que te llevan a una nueva valoración de la esencia que lo creó. Esto hace que vea un vacío que me lleva a llenarlo con una cualidad del Espíritu, y cuando siento o percibo la cualidad del Espíritu comprendo y entiendo la imperfección que estaba creando. Es decir ilumino la oscuridad de la imperfección.    


Miguel Ángel Garrido