31/3/09

Gracias a Dios

Y resurgiré de nuevo de entre mis cenizas, y lo haré con mucha más fuerza, con más sabiduría, con más equilibrio y conocimiento de mí, porque mi naturaleza es ser fuerte ante los momentos débiles y difíciles, porque me empuja mi fe, mi esperanza, mi bondad, mi buen hacer hacia la gente, y me elevo allí donde quedó apartada la insidia de los menores, donde la mentira y las verdades a medias quedan fuera de mi, donde las manipulaciones estratégicas ocultan la verdadera realidad.

Vuelvo a mí donde yo pertenezco, a mi Ser, al que honro en muchos momentos de la vida y en los menos no, a ese que me enseña cuando yerro, Soy Yo, yo Soy quien maneja mi vida, el que decide el camino a seguir, movido por la Luz de la verdad, de aquella que predicó en su día un tal llamado Iesus el de Nazaret, una verdad límpida que en ocasiones es complicada de seguir.

A Dios doy gracias por toda su ayuda, por levantarme en los momentos de tristeza y pena, por su paciencia conmigo, por indicarme por donde llegar, por dejarme en el verdadero camino y no abandonarme a mi suerte, por respirar cada día, por volver a amanecer, por la gente que pone a mi lado, por mil cosas más que se me olvidan en este momento, por todo ello gracias, y sobre todo por enseñarme que lo que el hombre tiene que hacer no lo pueden hacer los dioses.

Miguel A. Garrido